Cada tres meses el mercado de acciones de Estados Unidos se concentra en los reportes de resultados contables de las diferentes empresas, y normalmente los precios de las acciones suben o bajan, con mucha volatilidad, al conocerse los resultados. Los reportes son esperados tanto por inversionistas como por analistas, y reciben cobertura minuto a minuto de todos los medios de prensa financiera.
Pero ¿qué es lo que se reporta en los resultados contables que los hace tan determinantes para las acciones? ¿Qué es la ganancia/pérdida por acción? ¿Qué información contienen dichos reportes y cómo puede usarse esta información para saber el rumbo de la empresa durante los meses sucesivos?
En este artículo intentaremos dar respuesta a estos asuntos.
¿Qué es un reporte trimestral?
Se trata de un conjunto de reportes contables emitidos por las empresas cada tres meses, normalmente en los trimestres terminados en marzo, junio, septiembre y diciembre. Las empresas listadas en las bolsas de Estados Unidos proporcionan estos reportes como un requisito formal de su regulador, la SEC (Securities and Exchange Commission), completado mediante lo que se denomina formulario 10-Q.
¿Cuándo se publican los reportes trimestrales?
Normalmente, las empresas publican sus resultados a partir de los 15 días de terminado el respectivo trimestre (por ejemplo, a partir del 15 de enero se publican los resultados contables del trimestre terminado en diciembre). Durante prácticamente todo un mes se van reportando día a día los resultados para la mayor parte de las empresas norteamericanas, en lo que se denomina “earnings season” (temporada de resultados).
El día y el horario en que publica sus resultados cada empresa se sabe con anticipación y muchos portales financieros tiene disponibles calendarios completos.
Es común que las empresas reporten sus resultados antes de la apertura del mercado de acciones o después de su cierre. Esto último en busca de evitar que el precio de la acción sobrereaccione ante un resultado muy favorable o desfavorable, y permitir, en cambio, que el mercado tenga cierto tiempo para asimilar el dato en su totalidad.
¿Qué información incluyen los reportes contables?
Normalmente el reporte trimestral incluye tres elementos contables básicos: el estado de situación (activos, pasivos y patrimonio), el estado de resultados (ganancias y pérdidas) y el reporte de flujo de caja. Todos estos datos se muestran tanto para el trimestre anterior como para el acumulado anual (YTD), adicionalmente se incluyen comparaciones con el mismo trimestre del año anterior, entre otros datos.
Posteriormente al reporte es común que la empresa emita un comunicado o una conferencia con sus accionistas, donde los oficiales (CEO o CFO, por ejemplo) comentan y analizan los aspectos generales de los resultados, los riesgos o vulnerabilidades que perciben, así como sus perspectivas con respecto a los trimestres siguientes.
Pero ¿cuáles son los datos que los inversionistas más esperan de los reportes?
Más allá de los balances y los datos contables específicos, los cuales son muchas veces muy complejos y difíciles de interpretar, los inversionistas y analistas se enfocan comúnmente en tres aspectos básicos de los resultados:
- EPS (Earnings per share): Representa la ganancia o pérdida trimestral de la empresa, expresada en dólares por cada acción emitida. Por ejemplo, si la empresa gana 20.000.000 de dólares durante el trimestre y tiene emitidas 80.000.000 de acciones comunes, el EPS será 0,25 dólares (25 centavos). Es común que las empresas publiquen sus EPS luego de haber hecho una corrección contable para excluir “one-time-items”, es decir, rubros contables de ganancias o pérdidas que se dan “solo una vez”, es decir, son una excepción a la operativa normal de la empresa. Dado que dichos rubros son excepcionales, dejarlos en el cálculo implicaría distorsionar el resultado, limitando la posibilidad de comparar los resultados con una expectativa que se construyó sin considerarlos. Los analistas, entonces, normalmente descartan el EPS y consideran el EPS corregido. Este resultado se compara frente a un promedio (recogido por FactSet, por ejemplo) de todas las expectativas de los analistas que dan cobertura a la empresa: si el EPS corregido supera la expectativa de los analistas, se trata de un resultado favorable para la acción y lo normal es esperar que su precio suba, y viceversa.
- Revenue/sales/turnover (ventas brutas): Con cualquiera de estos nombres se refiere al ingreso bruto que la empresa recibe por sus ventas totales de bienes o servicios. Para este dato, como para los EPS, también existe un pronóstico de parte de los analistas, y frente a dicho pronóstico se compara el resultado efectivo. Muchas veces los analistas no solo consideran el “revenue” total, sino que lo ven desagregado por productos o por submarcas debajo de la marca principal. Por ejemplo, para Apple (AAPL) puede verse el “revenue” total, pero también puede verse el “revenue” obtenido por sus iPhones, separadamente de las ventas de otro tipo de dispositivos.
- Pronóstico de EPS/Revenues (guidance) para el próximo trimestre o el año completo: Este componente de los resultados es normalmente incluido en el reporte o comentado luego en la conferencia a los accionistas. No es un elemento obligatorio para la empresa. Se trata de la expectativa de ganancias o pérdidas por acción, así como de las ventas totales, que la empresa calcula para el futuro. Al incorporar elementos de expectativa y cálculo propio de la empresa para el futuro, suele ser muy considerado por los inversionistas. Obviamente, si la empresa corrige hacia arriba su pronóstico anterior, será positivo para el precio de la acción. Lo opuesto si la corrección es a la baja.
De la interacción de estos tres elementos básicos es que se deriva el efecto neto que se observará sobre el precio de la acción. Si el EPS y las ventas totales superan la expectativa de los analistas y, asimismo, la empresa corrige hacia arriba su expectativa para el resto del año, es altamente probable que el precio de la acción suba de manera considerable. Lo habitual, sin embargo, es que se den escenarios ambiguos, donde el EPS supera la expectativa, por ejemplo, pero la empresa recorta sus pronósticos de ganancias para el resto del año. En estos últimos casos prever el efecto sobre el precio de la acción no es tan simple.
Veamos algunos casos concretos, que sirvan a modo de ejemplo de lo anterior.
- El 22 de julio de 2019 Whirlpool (WHR) publicó sus resultados contables para el segundo trimestre, después del cierre del mercado. En el reporte se observó que el EPS corregido (omitiendo “one-time-items”) fue de 4,01 dólares y las ventas totales ascendieron a 5.200 millones de dólares. Las expectativas de los analistas apuntaban a un EPS de 3,71 y ventas por 5.040 millones. La empresa, además, aumentó su expectativa de EPS para el año completo, pasándola del rango 16,90-17,65 a 17,80-18,55. Vemos que este fue un escenario de los más favorables posibles, donde todas las variables relevantes superaron la expectativa. En este caso, como era esperable, el precio de la acción de Whirlpool subió durante el after-market casi un 6%.
- Amazon (AMZN) reportó el 25 de julio de 2019 sus resultados trimestrales correspondientes al segundo trimestre. El EPS reportado fue de 5,22 dólares por acción, frente a un esperado de 5,55. Las ventas totales, por otro lado, fueron de 63.400 millones de dólares, superando la expectativa de 62,520 millones. Vemos que, en este caso, la empresa quedó por debajo de las expectativas en EPS pero las superó ampliamente en “revenues”. Se trató, entonces, de un resultado ambiguo, con un efecto neto bajista sobre el precio de la acción, que bajó un 1,87% durante el after-market.
- Veamos por último un caso excepcional, donde la empresa superó las expectativas de los analistas, pero corrigió a la baja su pronóstico de ventas para el año completo, con un fuerte impacto sobre el precio de la acción. Nos referimos a Under Armour (UAA) durante el tercer trimestre de 2019. La empresa reportó un EPS de 23 centavos, frente a un esperado de 18 centavos; las ventas totales fueron de 1.430 millones de dólares, frente a una expectativa de 1.410 millones. El problema estuvo en que Under Armour proyectaba que sus ventas totales aumentarían durante 2019 entre 3% y 4% con respecto al año anterior, pero debió ajustar, bajando a 2%, su proyección, dados los serios problemas logísticos que enfrentó en Estados Unidos. Este ajuste de su proyección, aun superando las expectativas de los analistas en EPS y “revenues”, produjo una dura caída de 18% en el after-market.
Vemos por lo tanto que ningún elemento debe descuidarse al analizar los resultados contables de las empresas, y que el menor desvío con respecto a las expectativas o los pronósticos puede derivar en fuertes impactos en el precio de la acción.
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