Razones detrás de la recuperación de la crisis Coronavirus

 

Razones detrás de la recuperación de la crisis Coronavirus o “El Gran Confinamiento”

Después del crash de los mercados por el impacto del Coronavirus, a partir del 20 de febrero, hemos ahora recuperado 28% desde los mínimos y la situación parece verse mejor con algunos analistas proyectando una recuperación en forma de V.

Pero cuando miramos por la ventana, la economía se detiene. ¿Cómo podemos dar sentido a ese optimismo frente a una perspectiva tan sombría?

A partir de los últimos días de febrero, la realidad se desarrolló de una forma que quedara plasmado en los libros de historia como “los días en que la Tierra se detuvo” o “El Gran Confinamiento“.

Se paralizo toda la actividad económica y social en gran parte del mundo y los efectos de esto aún no se pueden prever plenamente. Independientemente de cualquier opinión si el confinamiento era o no la mejor opción, el hecho es que las tiendas están cerradas, las fábricas dejaron de producir y la mayoría de nosotros decidimos (o nos vimos obligados) a quedarnos en casa. Incluso si algunas empresas de la economía digital presentan resultados extraordinarios, la mayor parte de la economía sufrió bastante y los efectos en algunas áreas tardarán años en ser borrados si alguna vez lo hacen.

Durante esta crisis Coronavirus, en cuanto a los indicadores, hemos visto cifras asombrosas:

  • El FMI prevé una contracción de la economía mundial en un 3%
  • 26 millones de estadounidenses reclamaron subsidio por desempleo en un mes (dato al 18 de abril)
  • El tráfico de las aerolíneas se redujo en un 80%
  • El petróleo fue “vendido” a precios negativos por primera vez en la historia

Y entre todo esto, los mercados bursátiles, después de caer un 35% con respecto a los niveles de finales de febrero, ya están fuera del territorio “bear” y registran una baja de solamente 17% desde sus máximos.

Habiendo registrado algunas de las peores cifras económicas desde los años 70, el S&P 500 recuperó el 28% del mínimo de 2020 en tan solo un mes.

Todo esto parece un episodio de CSI donde se comete un crimen y dentro de un día, se investiga, se entrevista a los sospechosos, se publican los resultados de laboratorio y se captura el villano.

Desafortunadamente, la realidad es un poco más compleja y los hechos son que todavía no tenemos una cura o vacuna para el Coronavirus, la enfermedad que causó toda esta conmoción, y las consecuencias de las iniciativas de contención tendrán un impacto a largo plazo.

Entonces, ¿por qué los mercados se están recuperando tan rápido?

Dos razones principales nos vienen a la mente:

  • Dinero barato
  • FOMO (Fear of Missing Out) – Miedo de perder la oportunidad

Dinero barato

Comencemos con la explicación más interesante – Dinero barato. En respuesta a la crisis Coronavirus, los gobiernos y los bancos centrales tomaron la medida que ha sido la norma en las últimas 2 décadas, que es imprimir dinero hasta que se resuelva la crisis. Estados Unidos aprobó lo que es uno de los mayores rescates económicos de su historia que asciende a más de 2,5 trillones de dólares para ser distribuido entre empresas y personas en varios programas diferentes que eventualmente llegarán a la economía.

Sin embargo, hay un actor cuyas acciones llegan a los mercados financieros mucho más rápido y a los que los inversores prestan más atención: la Reserva Federal.

A diferencia de los programas gubernamentales que se toman su tiempo para atraviesar la economía, las acciones de la Fed tienen un impacto muy rápido y directo en los mercados. Y desde el comienzo de esta crisis la Fed ha estado muy activa:

  • Tasas de interés más bajas
  • Programa de compra de activos sin precedentes (Quantitative Easing)

Las bajas tasas de interés aumentan la presión para buscar activos más riesgosos, en su mayoría acciones, con el fin de buscar ingresos. Y por si eso no fuera suficiente, la Fed se ha comprometido a apoyar el mercado sin importar qué y podemos ver, por la evolución de su balance, que ha estado comprando todo lo que se encuentra en los mercados de crédito:

Fuente: Reserva Federal

Algunos analistas pronostican que la Fed podría aumentar su balance hasta 10 trillones de dólares y algunos van aún más lejos al sugerir que podría comprar en los mercados de renta variable a través de ETF’s.

Si se comparan estas cifras con la capitalización total del mercado del S&P 500 que se sitúa en torno a los 28 trillones de dólares, podemos entender que, incluso si sólo un porcentaje de estos valores entra en los mercados de acciones, su impacto es inevitable.

¿Y el “Fear of Missing Out”?

Estos efectos financieros resuenan con un sesgo mayoritariamente positivo en los medios especializados que constantemente buscan “brotes verdes” que podrían indicar una salida a las crisis.

Este optimismo afecta principalmente a los inversores más pequeños que comienzan a saltar a bordo en busca de acciones baratas y ofertas de toda la vida. Las gangas, las rebajas, los “imperdibles” están ahí fuera, pero uno debe tener cuidado y estar preparado para nuevas turbulencias.

Esta crisis es muy diferente a la de 2008. Se trata de una crisis que está afectando primer a las pequeñas empresas y personas comunes que trabajan en empleos regulares.

La crisis Coronavirus, o “El gran confinamiento”, no tiene el impacto de la gran crisis financiera en la que los grandes bancos y empresas similares se vieron afectados. Esta es la crisis que está cerrando el pequeño restaurante de la esquina, peluquerías, quioscos, y está acumulando millones de desempleados en pequeños incrementos a la vez.

Esto ondulará la cadena de consumo y una reducción del consumo eventualmente impactará los resultados de las empresas y los grandes índices bursátiles se verán otra vez afectados.

Así que esté atento a las inversiones que van bien en esta nueva normalidad. Hay muchas empresas haciendo un buen negocio en este entorno y prosperarán en el futuro.  Por lo tanto, y más que nunca, es necesario un análisis adecuado de las acciones que está comprando, y la gestión de su dinero en efectivo es fundamental, ya que es poco probable que el camino por delante no tenga baches.

No lo olvide – mantenga una cartera diversificada, con una parte en efectivo y, sobre todo, ¡manténgase seguro!

 

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